Muchos nadadores buscan mejorar su velocidad, algunos de ellos para
participar en competiciones o triatlones, y otros simplemente como superación
personal.
Lo primero que debe plantearse
cualquier persona que quiera mejorar su velocidad es conocer y controlar los parámetros que intervienen
en la velocidad de nado. Para ello empecemos por estudiar la regla básica de la
velocidad en natación:
Velocidad = longitud de brazada x
frecuencia de brazada
Longitud de brazada: es la
distancia recorrida con cada brazada. Es un parámetro que está directamente
relacionado con nuestra eficacia de nado.
V
= LB x FB
Frecuencia de brazada: es
la velocidad a la que movemos los brazos.
Una vez definido cada parámetro, estudiando la ecuación anterior observamos
que aumentaremos la velocidad si:
1. Aumentamos la frecuencia
de brazada y mantenemos la longitud de brazada.
2. Aumentamos la longitud
de brazada y mantenemos la frecuencia de brazada.
3. Aumentamos ambas.
A medida que nos aproximamos a límites superiores de velocidad a la que se pueden
mover los brazos, solo conseguimos aumentar la frecuencia de brazada si
disminuimos la longitud de brazada. Esto significa que aumentando la frecuencia
de brazada y disminuyendo la longitud de brazada la misma cantidad, la
velocidad siendo la misma: es decir, que estamos realizando un gasto de energía
que no nos lleva a ninguna parte.
Como consecuencia, para aumentar
la velocidad es más importante trabajar la longitud de brazada, que mejorará si
de desarrolla una mejor posición del cuerpo. Prueba de ello es que un 80% de
las veces, los nadadores más rápidos dan un menor número de brazadas.